jueves, 23 de septiembre de 2010

Todo cambia.



Todo cambia. Como decía Heráclito “no podemos bañarnos dos veces en el mismo río”. Cuando volvemos al río a bañarnos por segunda vez sus aguas ya son otras, están renovadas, se han transformado, ya no es el mismo río. El cambio es perpetuo. Nadie puede resistirse al cambio. Resistirse al cambio es como resistirse al paso del tiempo, una batalla perdida de antemano. Siempre estamos cambiando, mutando silenciosamente, aunque no lo escuchemos. Cambiar es inevitable. El cambio tiene sus tiempos, sus procesos. El cambio es algo orgánico porque está vivo. Tal vez la clave sea cambiar con el cambio. Resistirse al cambio es como querer congelar el agua del río para bañarse siempre en las mismas aguas. Cambio es revolución, y ninguna revolución puede ser amable, confortable, cómoda. Si no cambias con el cambio un día abrís los ojos y ves que todo cambió, y ahí estás perdido en lo desconocido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu mensaje.